[iE]: La gestión del urbanismo ciudadano: Calthorpe, Londres (8/14)

Espacios comunitarios, gestión y auto-financiación en la regeneración urbana.



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De Roterdam cruzamos el Canal de la Mancha y ascendiendo el río Támesis llegamos al barrio londinense de Kings Cross, donde se encuentra el jardín comunitario del Proyecto Calthorpe. Este pequeño parque no pasaría por ser un vacío urbano más si no fuera por el papel de reactivador comunitario que juega.


El origen del Proyecto Calthorpe se remonta al siglo XIX cuando era un espacio arrendado al famoso promotor de la época Thomas Cubitt. Tras él, fue adquirido por el Grupo Lyon para el desarrollo de 6.500 m² de oficinas, aunque tras su quiebra durante la crisis de los años 60, acabo en manos del Ayuntamiento de Londres (Candem). Durante años permaneció sin ningún tipo de actividad, hasta que en los años 80 el Ayuntamiento se decidió a venderlo de acuerdo con la potencialidad edificatoria que disponía.


Pero a los vecinos del barrio les preocupaba el impacto que dicho uso e intensidad pudiera tener y comenzaron una campaña para impedir su venta, hasta que en 1983 el Ayuntamiento destinó recursos para generar un jardín, una zona de juegos y un espacio de actividades para los vecinos de Kings Cross. Finalmente, en 1984 el Proyecto Calthorpe se convirtió en una entidad sin ánimo de lucro autogestionada y autosuficiente (charity and a company limited by guarantee).


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Sus objetivos son los siguientes:




  • Desarrollar programas de voluntariado de jardinería y horticultura.

  • Desarrollar programas educativos medioambientales y de sostenibilidad alimentaria, incluyendo la acreditación formal de dichos programas.

  • Proporcionar espacios de actividades para personas mayores, niños y jóvenes hasta 14 años.

  • Fomentar la integración cultural de las distintas comunidades del barrio.

  • Proporcionar un espacio para el ocio, el deporte y la comunidad.


Para ello disponen de un edificio autoconstruido y que a la vez que recupera parte de las técnicas constructivas tradicionales (Walter Segal self-building) que acoge cinco actividades: un jardín botánico, una zona de producción de compost, un huerto para las mujeres bangladesís y una pista deportiva de césped artificial, que se completa con un café, espacios de co-working, talleres y espacios multiusos. Adicionalmente, disponen de unos jardines elevados para la producción hortícola de los vecinos, escolares y otros grupos comunitarios. Todo con la finalidad de crear y reforzar una fuerte cultura comunitaria en medio de una de las grandes urbes del mundo.


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No obstante, lo más relevante es su capacidad de autogestión al margen de cualquier financiación pública (si no se considera el régimen fiscal preferente del que disponen). Para su gestión y financiación se nutren de donaciones, la venta de vegetales, plantas y semillas, arrendamientos de pequeñas parcelas para huertos particulares y de espacios para celebraciones infantiles y/o comunitarias (incluso bodas). Todas estas actividades permiten la ocupación y uso de este espacio, que lo convierte en un espacio de vida y comunidad que de otra manera no se produciría.


Y llega el momento de las comparaciones (odiosas si se quiere).


Nuestra legislación permite la cesión de espacios a entidades sin ánimo de lucro, pero lo que diferencia a esta, es que esta impulsada y formada por los propios vecinos los cuales reciben un bien, lo gestionan de manera autosuficiente, con la finalidad de generar un sentimiento de comunidad. Visto este fantástico a la par que sencillo ejemplo de gestión comunitaria, nos preguntamos:




  • ¿Qué precisan nuestras comunidades de vecinos o barrios para que sean capaces de desarrollar iniciativas análogas?

  • Y nuestras administraciones ¿estarían dispuestas a invertir para luego ceder la gestión de manera autosuficiente?

  • ¿Estamos preparados para dar este salto cualitativo en la gestión del espacio público en manos de comunidades?, ¿aunque no sean de su propiedad y las pueda usar cualquiera?


Como siempre os invitamos a daros una vuelta por este pequeño oasis verde situado en Gray’s Inn Road, Londres, Calthorpe Project.


Próxima estación, recuperando espacios vacíos en Meanwhile space in London.

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