La guía de la regeneración y renovación urbana integrada
El pasado año publicamos a modo de fascículos la Guía Ciudadana de la regeneración y renovación urbana integrada. No obstante, a la vista de que han surgido ejemplos que no son actuaciones de regeneración e interpretaciones que pudieran llevar a cierta confusión, pensamos que puede ser de interés volver a publicar toda la guía a modo de documento único y así ahondar en la función pedagógica con la que afrontamos aquel reto de explicar qué es una actuación de regeneración.
Esperamos que os sea de utilidad. Natxo y Alvaro.
El pasado octubre el CSCAE publicó un interesante
documento titulado “Guía vecinal de rehabilitación” y a rebufo de esta iniciativa
hemos pensado que por qué no hacer una guía análoga sobre la regeneración y renovación
urbana integrada destinada a un universo de lectores más amplio, la ciudanía, en
consonancia con su objeto fundamental, la preservación urbana que nos afecta a todos.
- ¿Por qué una guía sobre Regeneración y Renovación Urbana Integrada?
- ¿Qué es la Regeneración y Renovación Urbana Integrada?
- Los beneficios de la Regeneración y Renovación Urbana Integrada
- Mi ámbito de Regeneración y Renovación Urbana Integrada
- La Regeneración y Renovación Urbana Integrada global y planificada frente a la rehabilitaciones parciales y la reurbanización a cargo de la administración
- La Regeneración y Renovación Urbana Integrada paso a paso
- Acompañamiento: la oficina de apoyo a la Regeneración y Renovación Urbana Integrada
1/ ¿POR QUÉ UNA GUÍA SOBRE REGENERACIÓN Y
RENOVACIÓN URBANA INTEGRADA?
El reto de afrontar la obsolescencia y déficits
urbanos para paliar los efectos de la falta de sostenibilidad integrada de las zonas
urbanas ya existentes solo se puede conseguir involucrando al conjunto de la sociedad
y de manera preferencial a los propietarios incluidos en las actuaciones de regeneración
y renovación urbana integrada, con la activa participación de instituciones y colectivos
de la sociedad civil organizada, la academia y, sobre todo, de las administraciones.
Conscientes de los déficits de conocimiento,
las desinformaciones periodísticas y las distorsiones generadas por prácticas desviadas
con respecto de las reglas y normas que nos hemos dado, queremos aunar la difusión
a la ciudadanía con la labor de formación, conocimiento técnico, social, económico
y medioambiental para afrontar la verdadera regeneración y renovación urbana integrada.
En los avances para alcanzar los Objetivos
de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 y de la Agenda Urbana europea y
española, la regeneración y renovación urbana integrada (que es un objetivo claramente
distinto al de la rehabilitación edificatoria) jugará un papel fundamental. Impulsada
por la necesidad de intervenir de manera sistémica y sistemática ante la obsolescencia
urbana, los desequilibrios sociales, la falta de sostenibilidad económica y la crisis
climática. La regeneración y renovación integrada de nuestro medio urbano es necesaria
también por muchas otras razones: por el deterioro que sufre la ciudad y las dotaciones
públicas; por la crisis energética y los impactos sobre el medio ambiente, la generación
de RCDs, el consumo de materias primas; por el desanclaje de la ciudadanía, la huida
de los barrios, el envejecimiento de la población, los déficits dotacionales y de
equipamientos privados, la falta de accesibilidad y funcionalidad; por la pérdida
de competitividad de los tejidos urbanos, el deterioro de los tejidos productivos,
al pérdida del comercio de proximidad, la inadaptación a los nuevos modelos laborales;
por la falta de espacios de los nuevos modelos de vida, el deterioro y falta de
adaptación de los edificios a las nuevas necesidades y la ausencia de recursos públicos
actuales y futuros para poder afrontar estos retos y necesidades. En consecuencia,
es una cuestión que va a afectar a una gran parte de los tejidos urbanos y, por
ende, al conjunto de la ciudadanía en algún momento de su vida.
Esta guía nace como respuesta a la inminente
necesidad de regenerar y renovar nuestro medio urbano de una manera integrada, siendo
conscientes de la complejidad del proceso, aunque tenemos que reconocer que desde
hace más de 10 años disponemos de las herramientas jurídicas y técnicas para poder
hacerlo. Para su elaboración ha requerido una labor de investigación, lectura y
aplicación práctica en el seno de un trabajo colaborativo previo en el marco europeo
y municipal, con recogida de numerosas reflexiones, datos, estudios y aportaciones.
Por ello, trata de responder a las múltiples dudas y cuestiones que surgen antes,
durante y después de una actuación de regeneración y renovación urbana integrada.
Se crea para apoyar a aquellas entidades que,
como establece la legislación vigente, están llamadas a tomar la iniciativa en las
actuaciones sobre el medio urbano de regeneración y renovación integrada (Administraciones
Públicas, las entidades públicas adscritas o dependientes de las mismas, los propietarios,
las comunidades y agrupaciones de comunidades de propietarios, las cooperativas
de vivienda constituidas al efecto, los titulares de derechos reales o de aprovechamiento,
y las empresas, entidades o sociedades que intervengan en nombre de cualesquiera
de los sujetos anteriores). También puede utilizarse por profesionales técnicos
o administrativos y por la academia, no solo para contar con una idea general de
qué es la regeneración y renovación urbana integrada, sino, sobre todo, para poder
encaminar las intervenciones hacia las verdaderas necesidades de una manera sostenible,
en el sentido pleno del término y no solo medioambiental.
Se ha intentado utilizar un lenguaje cercano
y huir de las normativas, leyes e informaciones distorsionadas que existen en torno
a la regeneración urbana, tratando de generar una información muy práctica, sencilla
y directa para contar con una visión general de la cuestión. En ningún caso esta
guía sustituye a los/as profesionales que han de intervenir en estos procesos, siendo
éstos imprescindibles, como se constatará en las mismas, para diseñar soluciones,
redactar los documentos necesarios de cara a tramitar los instrumentos de ordenación/ejecución,
urbanización y edificación, así como los programas sociales, económicos y medioambientales
que permitan llevar a buen puerto estas actuaciones.
Más allá de la rehabilitación, hay que generar
cultura de la regeneración y renovación urbana integrada porque tiene un alcance
mayor y, sobre todo, más eficaz. Para eso tenemos que contar con una población informada,
técnicos instruidos y administraciones valientes que conozcan los pasos, los beneficios,
las obligaciones y las necesidades del medio urbano para que respondan de forma
adecuada a todas sus necesidades y a las de las ciudades que nos acogen. Sólo a
través de la preservación y mejora de la ciudad ya existente, entendiéndola como
un conjunto, físicamente bien dotado, socialmente equilibrado, económicamente resiliente
y medioambientalmente con muchos menos impactos lograremos evitar la degradación
y obsolescencia urbana, fomentar la cohesión social, la calidad de vida y el impulso
del valor material y emocional de nuestros barrios y ciudades.
Esperamos conseguir que esta guía de 7 capítulos
sea de utilidad práctica para toda la ciudadanía, propietarios, técnicos, juristas,
las administraciones afectadas y por el resto de colectivos interesados.
2/ ¿QUÉ ES LA REGENERACIÓN Y RENOVACIÓN URBANA INTEGRADA?
Son innumerables los artículos, las noticias
y los documentos que utilizan el concepto de regeneración, pero son muy pocos los
que lo hacen de manera, digamos que, adecuada y propia. Basta leer la primera acepción
del verbo en el DRAE para tener una clara idea de lo que significa: 1. tr. Dar nuevo
ser a algo que degeneró, restablecerlo o mejorarlo. U. t. c. prnl. Por tanto, regenerar
no es sustituir una cosa por otra, sino recuperar y reestablecer lo que una cosa
es.
Sin embargo, en urbanismo estamos tan acostumbrados
a la transformación urbana (1. tr. Hacer cambiar de forma a alguien o algo. U. t.
c. prnl.) que no nos damos ni cuenta cuando cambiamos una cosa por otra. Y no, cuando
sustituimos una urbanización y unos edificios por otros, no es regenerar, eso es
transformar.
En nuestro país y en nuestra ley, que al fin
y al cabo es la base común con la que nos tenemos que entender cuando hay discrepancia
de opiniones, distingue muy claramente los distintos objetivos y formas que tenemos
para hacer las cosas sobre la ciudad existente, lo que venimos en llamar el suelo
urbanizado.
Si queremos crear una nueva ciudad (con todo
lo que se considere) o mejorarla mediante una pequeña operación de una finca tenemos
lo que llamamos actuación de reforma o renovación de la urbanización y actuación
de dotación, pero ninguna de las dos regenera NADA. Se basan en lo de siempre, en
darle a alguien edificabilidad o recalificarle a cambio de que urbanice y que dé
al ayuntamiento los espacios y fincas públicas que hayan sido definidas por el plan
urbanístico correspondiente. Es lo mismo que cuando hablamos del crecimiento en
el exterior de la ciudad.
Si de lo que hablamos es de recuperar y mantener
la ciudad, ahí nos empezamos a acercar más, pero tenemos que distinguir 3 conceptos
de forma clara, para que no nos den gato por liebre:
La Rehabilitación EDIFICATORIA es únicamente
cuando hablamos de edificios, nada más. Es como si no se hiciera nada sobre todo
lo que rodea a los edificios. Como rehabilitación generalmente se abordan tres facetas:
la conservación, la accesibilidad y la eficiencia energética, pero ahí se acaba.
La Regeneración y Renovación URBANA
es algo más amplio y normalmente afecta a un barrio. No solo se rehabilitan edificios,
también se demuelen y se construyen si es necesario, pero lo que la caracteriza
sustantivamente es que se reurbaniza para que todo siga como era antes de intervenir
sobre esa parte de la ciudad*. Puede que haya algo nuevo, pero no es significativo,
será puntual. Lo que si es significativo es que, a diferencia del resto de operaciones
urbanas, en vez de hacer las cosas por partes (primero urbanizamos y luego construimos),
aquí lo hacemos todo junto como un único proceso, proyecto y autorización. La regeneración
y renovación urbana es una actuación de “ladrillo” y “bordillo”, en la que se interviene
sobre los edificios y la urbanización para que sigan siendo lo que son y como son,
sin que haya grandes sustituciones de edificios.
Si a la anterior forma de hacer las cosas
le sumamos programas y acciones sociales, económicas o medioambientales (con sus
costes) le llamamos Regeneración y Renovación URBANA INTEGRADA. Decimos que
es integrada por que aborda prácticamente todos los flancos posibles, lo físico,
lo social, lo económico y lo ambiental, cosa que NUNCA se ha hecho en el urbanismo
tradicional, al menos de manera conjunta y unitaria. Siempre lo hemos hecho como
“cajas estancas” y es por eso que casi siempre ha sido ineficiente. Con este tipo
de actuación cada euro invertido no es que sume, es que multiplica en todos los
sentidos.
Pero si por algo se caracterizan estas tres
formas de actuar en la ciudad existente, es por una cuestión clave, se financian,
además de con posibles ayudas públicas y aportaciones, con cargo al derecho de propiedad
y, por tanto, son los propietarios de TODOS los edificios y construcciones los que
están obligados a pagar los costes de cada actuación**, incluso si trascienden
de su propiedad. Porque su propiedad se ve beneficiada por las condiciones y calidades
de lo que la rodea, ya sean de sus condiciones físicas, sociales, económicas o medioambientales,
todo incide y por eso se identifica con la integralidad.
La importancia de la obsolescencia y de los
costes de la ciudad
Como puedes observar la Regeneración y Renovación
urbana integrada tiene un objetivo más ambicioso, solidario y efectivo que la mera
rehabilitación edificatoria, ya que, su objeto es la ciudad de la que forman parte
esos edificios a rehabilitar y permite afrontar la solución de los dos problemas
más acuciantes que tenemos en nuestras ciudades, la obsolescencia y la falta de
asunción de los costes de la ciudad, singularmente el de su amortización. El paso
del tiempo es indudable y, como ocurre con cualquiera de nuestros bienes, llega
el día en que se agotan, incluso cuando nos hemos preocupado de su correcto mantenimiento.
A la ciudad le ocurre igual. Las urbanizaciones y los edificios tienen vidas útiles
distintas, pero también se agotan. Y en ese momento ¿Qué ocurre?
En ese momento aparece el debate de los costes
de la ciudad, su gestión y si hemos ahorrado dinero suficiente para poder afrontar
el coste de reposición. Con ello, nos tenemos que preguntar si tenemos dinero para
afrontar la reposición y, en su caso, la mejora o adaptación a nuevas exigencias,
ya sea en cuanto a la urbanización o a los edificios.
En urbanismo hemos vivido en la ficción de
que las recalificaciones lo arreglan todo (más bien esconden), pero estas solo funcionan
si hay un universo creciente de compradores de bienes de valor progresivamente cada
vez más alto y eso es una ilusión de imposible cumplimiento (ya sea en forma de
escalada de precios o de la tan manida gentrificación, por no hablar de los costes
sociales y ambientales que casi nadie pone encima de la mesa). Por eso, nacieron
las actuaciones de Regeneración y Renovación urbana integrada, porque no hay otra
solución que seamos los propietarios de edificios y construcciones los que tengamos
que afrontar esos costes de manera directa y no solo a través de los impuestos,
porque al fin y al cabo somos nosotros los que nos beneficiamos directamente de
lo que tenemos alrededor e incrementa el valor de nuestra propiedad.
Por eso, es conveniente y necesario impulsar
la cultura de la corresponsabilidad urbana en su sentido pleno a través de la Regeneración
y Renovación urbana integrada, para que cada euro que tengamos que aportar nos rinda
y mejore nuestra calidad de vida.
*: Ver Capítulo 4 de esta guía.
**: Ver Capítulos 3 y 5 de esta guía.
3/ LOS BENEFICIOS DE LA REGENERACIÓN Y RENOVACIÓN
URBANA INTEGRADA
No hay duda que la Regeneración y Renovación
urbana integrada aporta toda una serie de beneficios muy superiores a cualquier
otro tipo de intervención en la ciudad existente, por cuanto que supone una puesta
al día y mejora de todos esos barrios y ámbitos urbanos que fueron realizados en
el pasado y que, estando agotados o están a punto de llegar a ese punto, requieren
de una intervención.
La clave para la identificación de los beneficios
que trae consigo la Regeneración y Renovación urbana integrada reside en su objetivo.
Por un lado la necesaria actuación sobre todos los edificios para garantizar las
condiciones de seguridad (conservación), habitabilidad (ahorro energético, de agua,
de calidad del aire y condiciones de salubridad), accesibilidad universal (eliminación
de barreras y discriminaciones) y ornato público, de tal manera que se garanticen
una calidad de vida óptima tanto para vivir (residencia), trabajar (edificios productivos)
y disfrutar (edificios dotacionales y de equipamientos privados). Sí, porque la
Regeneración y Renovación urbana integrada no solo es residencial y permite la intervención
en todo tipo de espacios y ámbitos, todos igual de necesarios y prioritarios.
Pero la Regeneración y Renovación urbana integrada
va más allá de los edificios y construcciones porque permite reducir o paliar los
problemas de diseño urbano con los que fueron realizados todos esos barrios y grupos
residenciales, así como todos esos polígonos industriales y espacios comerciales
obsoletos. Este tipo de intervención permite casi todo, por ejemplo desde eliminar
edificios para construir otros nuevos, disponer de nuevos espacios públicos y zonas
verdes, hasta construir nuevos edificios públicos o privados, que permitan paliar
esos déficits, en algunos casos históricos.
Pero la Regeneración y Renovación urbana integrada
no se conforma con esas cosas clásicas del urbanismo, basadas en el “ladrillo” y
el “bordillo”, van aún más allá.
Los urbanistas hemos negado durante mucho
tiempo a incorporar otras cuestiones o soluciones a otros problemas que ser producen
en nuestras ciudades, barrios, polígonos industriales y parques empresariales, al
no reconocer que muchas de sus problemáticas, en ocasiones, no se corresponden con
nuestra visión del medio urbano o con nuestras capacidades. Ello ha supuesto, reforzados
por el modo de actuar de las administraciones mediante “cajas estancas”, que las
inversiones realizadas en el pasado no hayan sido todo lo óptimas que hubieran sido
deseable. Ante esa realidad la Regeneración y Renovación urbana integrada permite
superar esos problemas e incluir en una misma acción las intervenciones sobre los
edificios, toda la urbanización, los programas y costes sociales, económicos y medioambientales
que sean necesarios para recuperar y mejorar un determinado ámbito urbano residencial,
industrial y terciario.
Por otro lado, este tipo de intervenciones
generan todo un conjunto de mejoras cuyo primer e inmediato reflejo es la revalorización
de todos los bienes, derechos y edificios, de todas las propiedades, públicas y
privadas. Sin embargo, una visión miope del urbanismo ha impedido que pudieran ser
reconocidos dichas revalorizaciones y plusvalías y todo se dejaba para las cuestiones
de los impuestos (IBI, transmisiones, IVA y otros), pero que siempre se producían
mucho tiempo después. Esto ha llevado a que los beneficiados por estas actuaciones
nunca hayan pagado por ellas, siendo práctica común que sus costes se socializaban
al ser pagadas por las administraciones a través de todo tipo de mecanismos y medidas,
generalmente mediante subvenciones y gasto directo de esas administraciones.
Esta ha sido y es una práctica injusta e inequitativa,
pero propia de la picaresca que nos caracteriza. Sin embargo, la Regeneración y
Renovación urbana integrada permite arreglar esas injusticias e inequidades, de
tal manera que quienes nos beneficiemos de manera directa tengamos que pagar lo
justo por ello, lo que nos corresponde por nuestro derecho de propiedad que no puede
permanecer ajeno por más tiempo de sus deberes asociados. Para poder reclamar justamente
los derechos que tenemos, tenemos que estar dispuestos a cumplir con nuestros deberes
(no debe haber lo uno sin lo otro).
Esta nueva forma de reconocer los beneficios
y, por tanto, los deberes asociados con ellos, entre otros el deber de pagar los
costes de estas intervenciones, implica una nueva forma de ver las cosas. Se llama
sostenibilidad en su sentido pleno y no solo ambiental. Si como ciudadanos queremos
disfrutar de nuestro medio urbano actual mejorado, no podemos hacerlo a costa de
enviar impactos a las generaciones futuras o escondiendo los efectos de nuestras
acciones de hoy.
Por eso necesitamos la Regeneración y Renovación
urbana integrada, porque permite recuperar y mejorar lo que ya tenemos, generando
beneficios sobre los bienes inmuebles, sobre las condiciones sociales, económicas
y medioambientales que nos permitan vivir mejor, pagando lo que nos corresponde
para poder disfrutar un medio urbano cohesionado, competitivo y ambientalmente mejorado,
y sin que traslademos impactos de todo tipo a las futuras generaciones.
4/ MI ÁMBITO DE REGENERACIÓN Y RENOVACIÓN
URBANA INTEGRADA
Como decíamos en el anterior capítulo de esta guía, la
Regeneración y Renovación urbana integrada va más allá de los edificios y la urbanización
y permite integrar los programas sociales, económicos y medioambientales que contribuyan
a recuperar y mejorar un determinado ámbito urbano residencial, industrial o terciario.
Por ello, para definir un ámbito, zona o barrio, que pide
ser regenerado y renovado de manera integrada, se requiere incorporar toda una serie
de datos e informaciones para poder concretar y hacer que la intervención sea eficiente
y eficaz. Pero, sobre todo, requiere que a cada cosa le pongamos su precio y pongamos
en relación costes y objetivos porque, de lo contrario, esos procesos de información
y participación no serían más que una suerte de carta a los reyes magos que no llegará
a ningún sitio. Así, si la intervención de Regeneración y Renovación urbana es integrada
requiere al menos analizar y considerar las siguientes cuestiones:
a) Sociales:
·
Estudios sociodemográficos.
·
Análisis de la actividad del ámbito
espacial (actividades sociales, culturales y grupales).
·
Programas de intervención e integración
social.
·
Costes de los programas sociales
de intervención (incluso continuados en el tiempo).
·
Posibles ingresos por reactivación
social.
·
Posibles programas de ayudas y
subvenciones.
b) Económicos:
· Estudios socioeconómicos y análisis
de la actividad en la zona o barrio (actividades comerciales, productivas, colaborativas,
etc.).
·
Programas de promoción económica.
·
Costes de los programas de promoción
económica.
·
Posibles ingresos por reactivación
económica.
·
Posibles ingresos por nuevos usos
y concesiones de usos.
·
Posibles programas de ayudas y
subvenciones.
·
Mecanismos y gastos financieros
(todo hay que financiarlo).
c) Medioambientales:
·
Estudios de los impactos ambientales
(energía, materiales, residuos, flora, etc.).
·
Definición de posibles objetivos
medioambientales.
·
Costes de las mejoras medioambientales.
·
Ingresos de servicios medioambientales.
·
Posibles programas de ayudas y
subvenciones.
d) Físicos edificatorios y urbanísticos:
·
Estado de conservación (edificios
y urbanización).
· Costes de rehabilitación, derribo
y nueva construcción de todas las edificaciones existentes y previstas.
·
Tipos de tenencia (bienes de mercado
libre, intermedio, protegido, propiedad, alquiler, etc.).
·
Valoraciones inmobiliarias previas
y posteriores a la intervención.
·
Cálculo del Valor legal del deber
de conservación (aportaciones de cada edificio y propiedad).
·
Aportaciones de empresas inversoras
y/o de rehabilitación y nueva construcción.
·
Costes de urbanización e infraestructuras.
·
Coste de las indemnizaciones.
· Costes de los realojos temporales
y definitivos (incluye operaciones de retorno para las actividades y las personas
en régimen de alquiler).
·
Costes de insolvencias (importante).
·
Posibles programas de ayudas y
subvenciones de las distintas administraciones.
e) Servicios públicos.
·
Análisis de los servicios públicos
y sus costes.
·
Equipamientos públicos, costes
e ingresos.
·
Aportaciones de compañías de infraestructuras.
·
Ingresos tributarios iniciales
y los derivados de la actuación.
·
Aportaciones de financiación pública.
·
Posibles programas de ayudas y
subvenciones.
Como podemos ver, aquí hay poco de urbanismo
y edificación tradicional y mucho de todo lo demás (lo social, lo económico y lo
ambiental). Todo se puede incluir, todo se puede decidir, no hay tantas barreras
legales como en el urbanismo convencional para imputar a los beneficiados el coste
de lo que sea necesario y solo hay una regla muy clara: Nadie puede ser obligado
a aportar económicamente por encima de su deber legal de conservación. Pero, eso
sí, se puede exigir y es necesario que se exija esa aportación económica obligatoria
a todos los propietarios. Es participada la decisión de cómo y cuánto intervenir
y los costes se sufragan entre todos, lo mismo que todos sufrirían los perjuicios
de no intervenir.
Eso no significa que deje de haber problemas,
impagos e imposibilidades. Sin embargo, ahora, con las actuaciones de Regeneración
y Renovación urbana integrada se pueden articular soluciones financieras y de ayudas
al conjunto y a los particulares para resolver esas situaciones, pudiendo poner
coto a la picaresca tan característica y facilitando la responsabilidad de todos
con lo colectivo.
5/ LA REGENERACIÓN Y RENOVACIÓN URBANA INTEGRADA
GLOBAL Y PLANIFICADA FRENTE A LA REHABILITACIONES PARCIALES Y LA REURBANIZACIÓN
A CARGO DE LA ADMINISTRACIÓN
En el capítulo 2 de esta guía hemos diferenciado
las distintas formas que tenemos para intervenir en la ciudad existente. Tenemos
la de siempre, la recalificación urbanística, que solo puede ser utilizada en casos
extremos, y luego tenemos la Regeneración y Renovación urbana integrada. Si verdaderamente
queremos alcanzar a todos y tratar de solventar los problemas de fondo de un determinado
barrio o zona. Esto es así porque la Regeneración y Renovación urbana integrada
aborda los problemas de manera conjunta e inseparable, de tal manera que, si el
problema es de todos, la solución corresponde a todos.
Frente a la bondad y flexibilidad de la Regeneración
y Renovación urbana integrada es cierto que han existido y siguen existiendo formas
de intervención insolidarias, una suerte de sálvese quien pueda. Son tan cotidianas
que casi las tenemos por normales. Se basan en que cada edificio se busque la vida,
si puede y quiere, rehabilitándolo individualmente y de la urbanización nadie sabe.
Bueno sí, a cargo del Ayuntamiento cuando sea o nunca. Del resto de necesidades
ya ni hablamos ¿Quién sabe cuándo será el momento de las necesidades sociales, económicas
y ambientales? Y da igual que existan o no programas de jugosas ayudas a la rehabilitación
de edificios, estas no serán efectivas para lograr recuperar una zona o un barrio,
porque la recuperación de uno o varios edificios no va a arreglar el eventual problema
de una zona obsoleta o degradada. Posiblemente añadir la urbanización tampoco sea
suficiente, necesitamos la integralidad.
Es más, si nos tomamos un momento para analizar
esta forma individual de actuar lo único que se fomenta es la despreocupación por
lo colectivo, una despreocupación por aquello que está al servicio de todos y que
nos iguala (sobre todo la urbanización y los servicios públicos), de tal manera
que se sigue impulsando hacer las cosas como siempre y eso ya sabemos que resultados
trae.
Por tanto, el enfoque es otro. Tiene que ser
otro.
De la misma manera que cuando intervenimos
en un edificio por partes (aquí una humedad, allá un desprendimiento, unos malos
olores, los ruidos, la calefacción que gasta mucho, que no hay ascensor, etc.) las
cosas nos cuestan mucho más y a veces no damos con la solución, cuando nos planteamos
los problemas y las necesidades a nivel de barrio las soluciones también es mejor
que sean conjuntas, aunque se tengan que programar y comprometer las cuantías económicas
necesarias por fases para llegar a buen puerto.
Necesitamos planificar y diseñar todo lo que
tenemos y queremos hacer, teniendo presente desde el primer momento que prácticamente
lo podemos hacer todo, pero las cosas que incluyamos en el plan (sí, urbanístico),
1) son obligatorias para todos y 2) las tenemos que pagar sustantivamente nosotros,
los propietarios de los edificios y construcciones, seamos privados o públicos.
El mecanismo es sencillo y es el mismo que
aplicamos cuando vamos a comprar, por ejemplo, un coche. Seguramente nos gusta un
coche de alta gama o con muchas prestaciones, pero siempre nos preguntamos si podemos
pagarlo o no. La clave está en el equilibrio, la moderación y nuestra capacidad
de pago.
Pues en nuestra Regeneración y Renovación
urbana integrada es igual. Podemos ser todo lo ambiciosos que queramos, pero teniendo
presente que casi todo lo pagamos nosotros. Igual que cuando tenemos que hacer derramas
de comunidad, aunque aquí la “comunidad” es más grande; es, habitualmente, el barrio,
el polígono industrial o el parque comercial. Pero, insistimos, la clave está en
tener presente desde el primer momento que, decidamos lo que decidamos, lo tenemos
que pagar nosotros, aunque no sea o esté dentro de nuestro edificio o propiedad.
Esa es en parte la clave de la Regeneración y Renovación urbana integrada, la solidaridad.
La otra es la planificación y la actuación conjunta e inseparable para que todos
nos sintamos implicados, que podamos programar en el tiempo lo que hayamos decidido
(seguramente no podremos hacer todo a la vez), que tengamos claro qué vamos a hacer
y, sobre todo, cuánto nos toca aportar para que todo salga bien.
El plan urbanístico de Regeneración y Renovación
urbana integrada permite que nadie se aproveche de la picaresca de beneficiarse
de todo el conjunto de mejoras decididas por todos y aprobadas por el ayuntamiento
sin aportar lo que corresponde, dejando que sean los demás quienes tengan que afrontar
los costes. Mientras que si vende o alquila su bien (antes o después ocurre, ya
sea piso, casa, local, edificio, pabellón, espacio comercial, cualquier cosa dotada
de valor) se lleve todo el beneficio de su revalorización por las mejoras que han
sido pagadas por todos. Es lo que se llama el “gorrón” o el “free rider”. Con el
plan eso se impide y por eso es necesario.
En resumen, el plan urbanístico de Regeneración
y Renovación urbana integrada permite y obliga a actuar de manera conjunta sobre
todo lo que conforma y define el barrio, el polígono industrial o el parque comercial
para el beneficio de todos, decidido por todos y con el control público municipal,
para que todos contribuyamos de acuerdo a nuestras obligaciones y al incremento
de valor que van a tener nuestras propiedades. Lo demás son juegos de trileros.
6/
LA REGENERACIÓN Y RENOVACIÓN URBANA INTEGRADA PASO A PASO
No te vamos
a engañar, la Regeneración y Renovación urbana integrada no es fácil, ¿Hay algo
fácil hoy en día?, pero es posible, si se acomete bien desde el primer momento.
Así que te vamos a describir su itinerario en 10 sencillos pasos.
Como todo,
lo primero es admitir que tenemos un problema (que no es lo mismo que quejarse).
El problema generalmente se llama degradación urbana y esta no es solo física (de
los edificios y de la urbanización) sino que es social, económica, ambiental, demográfica,
de género, de accesibilidad, etc. Por tanto, tenemos que ampliar nuestras miras
y ser sensibles a todas las realidades y necesidades.
El segundo
paso es realizar un buen diagnóstico. En el capítulo 4 de esta guía ya se indica
qué cuestiones mínimas hay que mirar y para ello todos estamos llamados a participar:
ciudadanos, propietarios, empresarios, juristas y técnicos de todas las disciplinas,
administraciones (en todos sus niveles). Esto es crucial. Todos estamos llamados
a participar y exponer nuestras visiones de los problemas, de las necesidades y
de las posibles soluciones. A partir de ahí, se debe llegar a unas conclusiones
y a fijar unas prioridades (aquí la moderación), pero sin fijar las soluciones.
Nota importante: hay que tratar de no morir en el análisis, evitando alargar y complicar
los procesos. Cuanto más tiempo se pase en la fase de diagnóstico, este deja de
ser útil por que la sociedad cambia, las necesidades cambian, los barrios cambian
y las personas cambian y... "el arroz se pasa". Es como los análisis de
sangre que nos hacemos de tanto en cuanto, todo tiene un periodo de validez. Por
eso, todo diagnóstico que exceda de 2 años deja de valer y no tiene sentido volver
a empezar constantemente. Hay que ser ágiles.
El tercer paso
es crear el órgano de gestión que, con la tutela y la ayuda pública, lleve la iniciativa
del proceso. Por tanto, es preciso dotarlo de ciertos medios y recursos, por lo
que, en este punto, la administración tendrá ese papel inicial de impulso para la
Regeneración y Renovación urbana integrada y que, además, se extenderá seguramente
en el tiempo.
El cuarto paso
es establecer las reglas de juego, del proceso, del procedimiento y, sobre todo,
de las obligaciones por lo que se decida, teniendo presente cual es el objetivo
de la Regeneración y Renovación urbana integrada, la actuación conjunta sobre todo
lo que conforma y define una zona urbana para el beneficio de todos. Para ello,
es conveniente dejarse asesorar por técnicos especializados y del personal municipal
que conozcan bien los procesos, procedimientos y reglas legales que tenemos. Si
alguien dice que sabe mucho de procesos participativos, pero no sabe de lo demás,
es probable que no sea más que un vendehúmos, que enardecerá a las masas, confeccionará
listados enormes de agravios y peticiones a las administraciones y huirá en cuanto
tenga que transmitir las malas noticias a unos y a otros, por ejemplo que hay que
hacer tal o cual cosa o que los propietarios tienen que pagar los costes de lo que
se decida, generando ninguna otra cosa más que frustración, que, además, conducirá
a dificultar más los siguientes intentos. Sin claridad y sin sinceridad inicial
no hay nada que hacer.
El quinto paso
es el proceso propositivo. Toda propuesta tiene que venir vinculada a su valoración
económica, social y medioambiental por parte de los técnicos, lo cual será determinante.
De tal forma, se tendrá que realizar una matriz de posibilidades, propuestas y costes,
incluso con alternativas. Dentro de esa matriz interesará introducir otros dos aspectos
fundamentales que vinculan fundamentalmente a las administraciones. En función de,
por un lado, los objetivos definidos y, por otro, de los niveles mínimos de calidad
urbana que deben garantizarse desde la óptica pública, se deben considerar las ayudas
públicas y el grado de intervención y/o apoyo de las distintas administraciones
públicas en la operación.
El sexto paso
es elaborar el abanico de alternativas, desde las más ambiciosas a las menos, pero
todas ellas dentro del límite del deber de conservación de cada propiedad, que es
el límite que da viabilidad legal a la actuación. Si hay alternativas que van más
allá de ese límite tendrá que ser el Ayuntamiento quien asuma lo que exceda o habrá
que ser menos ambicioso, pero es poco probable que ese escenario se dé.
El séptimo
paso es plantear la matriz de alternativas a los propietarios que son los que van
a pagar sustantivamente el coste de esas actuaciones. Con cada alternativa tiene
que llevar aparejada la información de los costes y beneficios que supone para cada
propietario incluido en la actuación. Una vez aprobado por estos, hay que redactar
los documentos del plan y de su ejecución técnica.
El octavo paso
es tramitar administrativamente en el Ayuntamiento toda la documentación y realizar
los actos registrales necesarios para que todas las propiedades queden obligadas
a lo que se haya acordado.
El noveno paso
es ejecutar las obras de edificación y urbanización, así como los programas sociales,
económicos y medioambientales incluidos y aprobados en el plan urbanístico. En este
paso tienen que introducirse los recursos económicos públicos (aportaciones y financiación),
las aportaciones de empresas, los ingresos generables de nuevos activos que permiten
reducir las aportaciones, los pagos netos y las “cuotas” o “derramas” que les serán
exigidos a todos los propietarios para poder afrontar toda la operativa de obras
y de programas aprobada. Ello puede suponer extender los plazos de la intervención
de manera importante, pero eso estará recogido en el plan urbanístico y, a su vez,
permitirá facilitar la financiación de todas las aportaciones mediante su fraccionamiento.
El décimo y
último paso es finalizar las obras y programas y liquidar todas las cuentas de los
costes incurridos entre todos los obligados, como ocurre con toda intervención,
sean los de nuestra casa, los de nuestro edificio o, como en este caso, los de un
barrio, polígono industrial o parque comercial. En ese momento se tiene que cumplir
que las revalorizaciones de todos los bienes deben ser superiores a las aportaciones
realizadas, cosa que no será difícil, porque cuando en un barrio se mejoran las
condiciones en los edificios, en la urbanización, en el ambiente, en todo, el mercado
reconoce inmediatamente esa calidad y el valor de los bienes sube, aunque lo importante
es que la calidad de vida para esos vecinos, usuarios, trabajadores y empresarios
será mucho mayor y será lógico, porque habrán contribuido decisivamente a ello.
7/ ACOMPAÑAMIENTO: LA OFICINA DE APOYO A LA
REGENERACIÓN Y RENOVACIÓN URBANA INTEGRADA
Como hemos visto en el capítulo 6 de esta
guía, la Regeneración y Renovación urbana integrada requiere una intensa labor técnica
y de acompañamiento a todos los implicados en el proceso, tanto por la información
que se debe elaborar como por la complejidad de algunas tareas y cuestiones que
afectan a la propiedad privada, que normalmente se concreta en la vivienda, tan
importante para todos.
Al margen de las campañas publicitarias e
informaciones difundidas por los medios de comunicación sobre presuntas intervenciones
de regeneración, sobre todo al calor de los jugosos fondos limitados y ya agotados
de la UE, esta labor de acompañamiento y trabajo técnico para decidir el alcance
concreto de la actuación de Regeneración y Renovación urbana integrada resultará
crucial para el futuro de las ciudades y de tu barrio.
Una primera idea clave que tienes que tener
presente es, desconfía de esos mensajes que solo prometen ayudas y un
mundo de colores. Para lograr llevar adelante la Regeneración y Renovación urbana
integrada se necesitan tres cosas: transparencia, compromiso y moderación.
Cuando hablamos de transparencia decimos
que tiene que haber desde el primer momento claridad de los objetivos, de las posibles
medidas y actuaciones reales que se pueden acometer y las que no. Supone, además,
considerar la prioridad de los objetivos de cada propiedad (la tuya) para con lo
común, sea en forma de las mejoras conjuntas sobre tu edificio, la construcción
de edificios públicos y privados que se considere necesarios, la reurbanización
y la renovación de las redes que dan servicio a tu barrio y a ti, e incluso el desarrollo
de programas sociales, económicos y medioambientales que hagan que tu barrio se
recupere y salga adelante.
Cuando hablamos de compromiso significa
tu compromiso como ciudadano y propietario para pagar los costes de la actuación
así como, también, el compromiso de las administraciones en costear parte de lo
que se vaya a decidir. Lo hemos dicho en los anteriores capítulos, el pagador fundamental
de la Regeneración y Renovación urbana integrada eres tú ¡Qué no te engañen!
Eso no significa que no vaya a haber ayudas
y/o subvenciones, que puede que alguna sea individual, pero fundamentalmente serán
conjuntas, al barrio. Eso permitirá que lo que tengas que pagar al final sea menos,
pero recuerda, la mayor parte la pagarás tú.
Cuando hablamos de moderación queremos
señalar que es la misma práctica que utilizas cuando haces tus compras. Cuando tú
compras cualquier cosa siempre haces lo mismo. Seguramente haces un juego de equilibrios
y sopesas entre lo que te gustaría, lo que necesitas y lo que puedes pagar. Es un
equilibrio, negocias contigo mismo, te automoderas. Pues en la Regeneración y Renovación
urbana integrada es igual.
Cuando en el proceso de participación ciudadana
y vecinal analicéis y vayáis a decidir qué medidas concretas (que sean legales,
claro) vais a realizar en la actuación de Regeneración y Renovación urbana integrada
tendréis que equilibrar entre lo que os gustaría, lo que necesitáis y lo que podéis
pagar como como grupo, como comunidad. Porque hay una cosa muy clara: no se decide
igual si el que paga es otro (la administración o fondos públicos) o si el que paga,
eres tú, sois vosotros. Esto que lo tenemos muy claro en nuestra vida cotidiana,
no es diferente en tu edificio, en tu barrio, en tu polígono, en tu parque comercial,
ni en tu ciudad. Los objetivos, la calidad, las apetencias se tienen que moderar,
sin que eso signifique que haya que renunciar a todo porque no podéis pagarlo o
porque alguien no pueda pagarlo. Ahí es donde la administración tiene que entrar
a equilibrar y compensar situaciones de desigualdad, incluso activar los mecanismos
de financieros de préstamos. Esa también es una función de la oficina de apoyo,
canalizar todas esas situaciones.
Por tanto, la oficina de apoyo a la Regeneración
y Renovación urbana integrada es un punto de acompañamiento, de información
y trabajo técnico, social, económico, ambiental, jurídico, administrativo de este
gran proceso que todos, tarde o temprano, tenemos que afrontar, porque nuestra ciudad
no es eterna.
Cuando compraste tu vivienda, tu edificio,
tu local, tu pabellón, tu fábrica, tu centro comercial, cualquier cosa en el fondo,
no solo pagaste ese bien, pagaste todo lo que lo rodea y le da servicio. Cuando
este se agota, cuando llega el final de la vida útil de ese "todo lo que lo
rodea y le da servicio", hay que reponerlo, renovarlo y mejorarlo, y sí, eso
tiene un coste. Pero ten presente una cosa, cada euro que gastes te compensa, porque
tu bien se revalorizará y, más importante aún, tu calidad de vida y la de tus conciudadanos
mejorará. No obstante, a veces no es suficiente con reponer las cosas deterioradas,
sino que hay que acometer los problemas sociales, económicos y medioambientales
y ahí las administraciones también se tienen que comprometer. Todos juntos, se puede
lograr que tu propiedad y el lugar donde se desarrolla tu vida se regenere.
Por eso, si en tu barrio, en tu polígono,
parque comercial, si en tu ciudad se forma una asociación para impulsar su recuperación
y su mejora, infórmate, únete, participa y exige transparencia, compromiso y moderación
en tu oficina de apoyo a la Regeneración y Renovación urbana integrada,
¡Merece la pena!
Comentarios
Publicar un comentario