La ciudad y las disociaciones "peligrosas" (5): Rehabilitación ¿Porqué seguimos corriendo en dirección contraria?

Incluso cuando somos conscientes de sus efectos negativos.disociaciones 5


De unos años aquí (quizás desde la L3R) estamos inundados de noticias, iniciativas, planes y programas que ponen el énfasis en la Rehabilitación y en ocasiones incluso como parte de supuestas actuaciones de regeneración urbana.


Cada vez se dedica más dinero a la rehabilitación, se señalan objetivos y se subvencionan actuaciones que únicamente inciden sobre edificios, dejando al margen todo lo demás y es ahí donde está el problema.


Como hemos señalado en esta miniserie de posts, todo mana de un mismo problema, las disociaciones peligrosas y los fallos en los que caemos una y otra vez tratando de negar los problemas.


¿Qué subyace en este énfasis en la rehabilitación?




  1. El refuerzo de la individualidad frente a lo verdaderamente colectivo: La disociación entre la ciudad y la propiedad (cualquiera que sea su naturaleza) genera un aumento de la desigualdad.

  2. La separación de suelo y vuelo: Por lo visto, el espacio urbano no debe ser de nadie a la vista del comportamiento de los diferentes agentes y ciudadanos.

  3. La nula asunción de costes urbanos de la transformación iniciales, actuales o futuros: Iniciales (deberes de urbanización), de mantenimiento (Costes de la urbanización y servicios públicos) y de reposición (¿Y cuando llega el final de su vida útil? ¿o son eternos?)

  4. La ineficacia e ineficiencia de las intervenciones aisladas aunque puedan ser coetáneas: Ausencia de efecto multiplicador ¿Se consigue el mismo efecto mediante la actuación individualizada que con la acción conjunta?

  5. La no integralidad de las actuaciones: ¿Dónde quedan los costes de las medidas sociales, económicas y medioambientales? ¿O es que esto corresponde a otras actuaciones y entidades?, ¿seguro?

  6. El reforzamiento del nulo cumplimiento de deberes de la propiedad: ¿Alguien lee alguna vez lo que pone en la ley?, ¿Para qué sirven entonces?, Si todo se basa en la liberalidad ¿de qué sirve regular los deberes?

  7. Señala la insostenibilidad del sistema urbanístico clásico: ¿Cuánto cuesta la ciudad y cómo se debe pagar? Tengámoslo claro, la actuación sobre el medio urbano tampoco es la panacea, pero es un primer paso hacia un cambio de modelo.

  8. La incapacidad de traccionar un cambio de actitud hacia la socialización de los beneficios y de las cargas. Esto debe ser un concepto tan complejo que en la época de 140 caracteres solo se aprende en las escuelas de historia económica.

  9. La picaresca e insostenibilidad del modelo basado en subvenciones, que es imposible que pueda alcanzar ni a una minoría significativa e impide el desarrollo de nuevos instrumentos económicos de financiación y gestión más justos.

  10. El vaciamiento de las arcas públicas sin que nadie se pregunte nada: Nos va la marcha ¿Alguien hace las cuentas? y ¿Hay alguien que direcciona las cuentas? ¿Cuál es el objetivo de los programas de rehabilitación y sus subvenciones?, ¿calmar conciencias?


Por todo ello, la pregunta inicial sobre la continuidad de seguir circulando en sentido contrario es de lo más pertinente. Y la respuesta, seguramente, es porque es más cómodo y agradable repartir el maná público que lograr amplios consensos ciudadanos para hacer cumplir deberes de manera conjunta y si estos erróneamente se atribuyen a la acción pública (la urbanización, lo social, lo económico y lo medioambiental), cuando son nuestros, de cada uno de nosotros en pro de lo común.


Olmo resume la problemática muy bien esta viñeta de Don Celes (febrero 2016), aunque no sabemos quién es quién en este caso.


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Con este toque de humor nos despedimos hasta después del verano, tras el que volveremos con energías renovadas y nuevos -o “viejos”- temas. Feliz verano desde Orbenismo.

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