Hay que dejar que fluya la naturaleza en la ciudad


La semana pasada tuvo lugar en Vitoria‐Gasteiz el 6º Foro de Paisaje, organizado por el Centro de Estudios Ambientales, bajo el lema, dejar que fluya la naturaleza en la ciudad.

Esta entrada ha sido elaborada por Mar Basagoiti

Para los que llevamos muchos años trabajando en medio ambiente, resulta de enorme interés contar con experiencias que den luz al complicado trabajo de hacer ciudad sin afectar a los sistemas naturales.

Parece evidente que el nuevo paradigma pasa por la visión sistémica de concebir la naturaleza DENTRO de la ciudad, evitando errores del pasado en los que se ha actuado de forma contraria, implantando ciudades dentro de la naturaleza, provocando la regresión de ésta última.

El seguimiento en la evolución de los anillos verdes, proyectados únicamente como cinturones de contención para evitar que la ciudad se expanda, parece indicar que, a pesar de ser una ruptura con lo urbano, no solucionan en sí mismos el problema de ciudad vs naturaleza. En conclusión, no se debe separar la ciudad del “monte”, lo que debemos hacer es dejar que fluya la naturaleza en la ciudad.

Las infraestructuras verdes y azules como elementos conectores de naturaleza parecen ser la clave de esta nueva forma de abordar la ciudad y su metabolismo. Problemas tan acuciantes como el cambio climático o la pérdida de la biodiversidad, junto con la mejora de la salud y de la calidad de vida de los ciudadanos, dependen de la resiliencia(*) de los territorios.

Filadelfia

Por lo tanto, cabe pensar que imitar o copiar de la naturaleza y formar parte de sus ecosistemas puede ser una de las mejores soluciones a nuestros problemas ambientales.

Considerada ya la llegada del Antropoceno, (nueva era geológica en la que tierra está cambiando aceleradamente por la actividad humana) es urgente empezar a actuar.

(*) Resiliencia: Capacidad para soportar procesos de cambio, perturbación o impacto y permitir la posibilidad de recuperación de sus funciones intrínsecas vitales para la subsistencia del sistema, además de aprender del cambio y autoorganizarse.

Cubierta verde del Palacio Europa

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