[iE]: La gestión del urbanismo ciudadano: The Baltic Triangle, Liverpool (10/14)

Mixtura de usos, empleo y ocio en la regeneración urbana.

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De Londres nos trasladamos a la ciudad de los Beatles, para visitar dos operaciones muy distintas a la par que sugerentes. La primera, una operación de gran escala, The Baltic Triangle.


The Baltic Triangle, quizás sea uno de los barrios más vibrantes de Liverpool en el sentido propio de la palabra. Ubicado en una zona céntrica, junto al antiguo Muelle Albert y delimitado por las calles Upper Parliament, St. James y Charloner, se encuentra este fantástico barrio, que adopta su nombre de la presencia de la iglesia sueca Gustaf Adols Kyrka, que era el local de descanso de los marineros nórdicos que llegaban a Liverpool y que en la actualidad es un espacio comunitario del barrio.


The Baltic Triangle es una de las operaciones de regeneración urbana más sugerentes del momento por la perspectiva de competitividad entre tejidos urbanos con la que se aborda (según uno de los impulsores del plan, Baltic Triangle CIC, está tratando competir con el Meatpacking District de Nueva York, Shoreditch en Londres o Wedding en el Berlín Este).


Esta zona de Liverpool es una de tantas que con el decaimiento de la actividad naval y con la aparición de nuevos modelos de exportación cayó en desuso y entró en una espiral de degradación. Adicionalmente, esta porción de suelo se encontraba a caballo entre varias zonas, la residencial de baja densidad (Hope Street Quarter), la zona industrial, la zona portuaria (muelles Albert) y la zona comercial (Paradise Street), lo cual no ayudaba a definir su carácter. Estas dos cuestiones dieron como resultado la generación de un espacio cuasi-vacío o con edificios ruinosos (aunque algunos de ellos protegidos) a unos precios muy asequibles, lo que fue aprovechado por el colectivo de artistas y emprendedores para germinar una nueva ciudad y un nuevo modelo de ciudad.


Pero antes de llegar al presente hagamos un poco de historia aunque sea reciente.


Desde un punto de vista urbanístico parte de la inacción o falta de intervención sobre el Baltic Triangle venia condicionada por el PGOU de Liverpool del año 2002 (Unitary Development Plan, UPD 2002), el cual definía el ámbito para uso industrial (E1) y permitía pequeñas oficinas auxiliares compatibles con dicha industria. Adicionalmente, la regulación de protección de diversos edificios (Listed Grade II) impedía llevar a cabo procesos de sustitución. Todo ello provocó el hundimiento de los precios inmobiliarios y a la ocupación espontanea y progresiva por parte de artistas y emprendedores que encontraron un lugar donde encajar sus necesidades y crear su propio hábitat.


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Por otro lado, el Ayuntamiento mediante la agencia de desarrollo local (Liverpool Vision) había elaborado el marco estratégico para la regeneración del centro de la ciudad (The City Centre Strategic Regeneration Framework) en el año 2000, cuyo objetivo central era la concentración de actividades, priorizar las acciones de regeneración y generadoras de crecimiento económico en un plazo de 15 años de una manera flexible y dinámica, a partir de las cuales definir los planes de desarrollo particular que además pudiesen atraer la inversión y activar la regeneración mediante partenariados público privados.


En el año 2008 se definió el The Baltic Triangle Planing Framework, un plan estratégico particular y “no reglamentario” (non-statuary planning guidance), el cual tenía las siguientes ideas clave: mixtura de usos focalizados en el empleo y en el desarrollo de las actividades económicas, así como desarrollos residenciales como soporte de los dos anteriores. A su vez, este documento servirá para confeccionar un plan urbanístico en el año 2017, el Plan de Barrio, el cual sin alterar los objetivos ni poder bloquearlos (uso del suelo, densidad y calidad de desarrollo para asegurar unos usos mixtos y vibrantes), permitirá plantear soluciones e intervenciones por parte de todos los agentes (inversores, promotores, empresarios y vecinos) para materializarlo y generar un lugar para trabajar, vivir y visitar.


Todo eso únicamente se podía hacer poniendo el foco de atención en la conservación y atracción del empleo (considérese que Liverpool es una de las áreas de Inglaterra con menor densidad de negocios), por lo que esta línea estratégica subyace y condiciona toda la definición del plan. El objetivo por tanto es la atracción y captación de trabajo, atracción y vida, para garantizar su sostenibilidad y permitir su regeneración.


En este marco, el Ayuntamiento y Liverpool Vision, trataron de buscar potenciar los negocios locales y ajustar la estrategia sus futuros planes de inversión, ya que los planes iniciales no encajaban con sus necesidades, incluso era preciso gestionar diversos traslados de actividades que no tenían encaje con el futuro estratégico del barrio. La visión del Baltic Triangle es la de crear un barrio mixto de usos rehabilitando el patrimonio de edificios históricos, mediante arquitectura contemporánea fusionar la comunidad creativa y empresarial existente con nuevos desarrollos que potencien de manera significativa el espacio público del mismo. Incluso, se está considerando generar un cluster de la industria creativa para que permita consolidar este potencial y poder ofertar espacios de trabajo a precios razonables y seguir atrayendo valor y nuevos talentos.


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Desde aquel año 2008 se ha pasado de un ámbito degradado, a tener almacenes rehabilitados, talleres, hubs, oficinas, locales, tiendas (sin presencia de multinacionales o cadenas comerciales), espacios de co-working, estudios, restaurantes, locales de comida creativa, bares, discotecas, tiendas, viviendas de todo tipo (formatos y tipo de tenencia), garajes y como diría aquel, un lugar para vivir, vivir de manera creativa e innovadora, donde poder acomodar la diversidad cultural y de talento de sus ciudadanos. Alguien podría señalar la posible gentrificación implícita, pero ¿y si fuera deseada por sus habitantes? O mejor ¿Y si fuera un proceso moldeado para la supervivencia y adaptación a una nueva realidad, a un nuevo modo de vida? Y si es eso lo que quieren sus nuevos habitantes, un lugar que atraiga a sus habitantes por el pulso vital del sector creativo y tecnológico que hace crecer un sentimiento distinto de comunidad, que le otorga y le permite mantener una identidad única y ser uno de los lugares lideres en los negocios creativos de Europa, atrayendo distintos tipos de inversión, sin caer en la uniformidad globalizadora que nos rodea?


La visión estratégica del barrio planteaba la necesidad de establecer un área de usos mixtos y sostenibles. Nuevas zonas comerciales y de ocio a lo largo de los ejes que permean de lado a lado el barrio. Plantas bajas activas que extendieran su actividad más allá de las 5 de la tarde, para tener un pulmón de actividad tanto de día como de noche. La actuación en materia de ocio debía suponer la creación de una comunidad sostenible, por tanto la regulación de horarios y diseño se debió acompasar con los desarrollos residenciales.


Otro de los ejes para la sostenibilidad del barrio y dar respuesta a las necesidades vitales de la nueva comunidad era generar una oferta suficientemente variada en cuanto a tipología y tipo de tenencia de vivienda, así que desde el plan se articulo una oferta equilibrada de vivienda adaptable a las distintas etapas de la vida, perfiles de unidades convivenciales y proyecciones laborales.


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En síntesis, The Baltic Triangle se ha convertido en un área de Liverpool conocida por su vitalidad y atractivo para trabajar, vivir y disfrutar, donde una mixtura de usos viable, diversa y sostenible, basada en emprendimento empresarial de la creatividad y la tecnología capaz de atraer nuevos tipos de inversión, con la conservación de su patrimonio arquitectónico y una oferta residencial de calidad y diversa es la clave de su éxito.


Pero la flexibilidad del plan no alcanza únicamente a su diseño, también a su gestión. Para llegar a término el plan existen cargas de contribución por vivienda (2.500 euros/viv) para la creación de espacios públicos además de la carga de urbanización, los costes de planeamiento y su gestión, además de nuestro clásico 15%. Pero, quizás lo más interesante sea esa creación de espacios públicos que incluye un proceso de negociación y definición como mejoras en los espacios públicos existentes, creación de zonas de aparcamientos, garajes y despliegue de estrategias de transporte alternativo, cesión o compra de espacios públicos, mejoras de seguridad, creación de espacios verdes, etc.


Nuestro planeamiento, quizás debido a su naturaleza administrativa, es un reglamento que se define casi hasta el “último tornillo”, lo cual lo convierte en la mayoría de las ocasiones en un instrumento rígido y a caso obsoleto ante realidades cambiantes y flexibles que el presente nos reclama. Por ello nos preguntamos:




  • ¿Por qué nuestro planeamiento no puede ser estratégico y adaptable, en el marco de unos objetivos que impidan que la foto que emerja del mismo no se encuentre desfasada el día de su aprobación?

  • ¿Nos sirven las actuales regulaciones de usos que contienen nuestros planeamientos?

  • ¿Por qué nos parece “banal” en la planificación urbana eso que llamamos ocio, cuando es lo que hace un espacio vivible?, o ¿alguien cree que la mera provisión de espacio para el trabajo y la vivienda es suficiente?


Y de una actuación a gran escala nos vamos un pequeño área de Liverpool para ver la iniciativa de regeneración ciudadana en Granby Four Streets, no sin antes invitaros a que os toméis algo en alguno de los fantásticos locales de The Baltic Triangle.


Finalmente, indicaros que conocer esta actuación, nos ha dado la oportunidad de adentrarnos en un nuevo modo de afrontar la acción urbanística desde el planeamiento estratégico, sobre el cual volveremos en próximos posts. Hasta pronto.

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