[iE]: La gestión del urbanismo ciudadano: Markthalle Neun, Berlín (5/14)

Enajenación pública, comercialización y alimentos locales en la regeneración urbana.



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Continuando por la OrienzStrase del barrio de Kreuzberg, llegamos a más que un edificio, llegamos al Markthalle Neun. Es uno de los 14 mercados Berlineses que fueron construidos en diversos barrios trabajadores a finales del siglo XIX (1890) y que, tras la Segunda Guerra Mundial (1951), fueron puestos nuevamente en servicio por la sociedad pública Berliner Großmarkt GmbH (Mercados de Berlin). Desde 1951 hasta 1977 fue un mercado “tradicional”, pero en 1977 fue alquilado a los supermercados de descuento ALDI y KIK, lo cual supuso que el pequeño tejido comercial cercano fuese desapareciendo. Un decaimiento constante hasta que en el año 2009, momento en que la sociedad pública gestora planteó enajenar (y demoler) el edificio en concurso público y un movimiento ciudadano, “Halle für alle” (un mercado para todos), consiguió paralizar su venta y que el Senado de Berlín optará por otro modelo de ocupación que recuperase el carácter del barrio.



Así, en el año 2009 el Senado Berlinés reformuló el concurso de enajenación y adjudicó el mercado a la sociedad impulsada por Bernd Maier, Florian Niedermeier y Nikolaus Driessen (Markethalle Neun GmbH, Markthalle Neun S.L.) por un precio muy inferior al resto de participantes (1,1 M€) pero que tenía un proyecto socio-cultural irresistible, la recuperación del edificio y la disposición de un espacio para un modelo de comercio de proximidad alternativo. Los trabajos de rehabilitación progresiva se extendieron hasta el año 2011, momento de la reapertura, y en la actualidad los 3.300 m² del Markthalle Neun están ocupados por un modelo de comercio diferente, basado en una combinación de 300 puestos permanentes y temporales de acuerdo a las épocas de producción natural y disposición de los productos, para lo cual existe un órgano gestor que ordena espacios-eventos y asume su viabilidad económica.


Markthalle Neun es un espacio distinto. Es un lugar para el disfrute en todos los sentidos, visual, gustativo, olfativo, táctil y auditivo entorno a los productos locales y la comida y es un lugar que se articula bajo un modelo de comercialización diferente que potencia las relaciones personales y resulta ser un “nuevo” punto de construcción de la estructura de barrio.


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En este mercado singular se pueden comprar y degustar productos locales horneados, vinos, cervezas y espumosos, flores, hielo, delicatesen, pescados, carnes y salchichas, cafés, tés y mermeladas y zumos, leche, queso y huevos, frutas y verduras, de todo vamos, pero con una característica fundamental, el productor es el vendedor (con alguna pequeña excepción). Además este modelo de comercialización permite suministrar productos a otros locales, residencias y colegios cercanos, con lo que su modelo vital-comercial se amplía más allá de sus paredes.


Igualmente, dispone de espacios para iniciativas de los vecinos y residentes en el fomento de la nutrición saludable, la ciudad, la agricultura, la biodiversidad y el medioambiente y alcanzar, en lo posible, un sistema alimentario sostenible y ético, así como poder vivenciar el acto de la compra como una experiencia instructiva y sobretodo mucho más divertida.


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Tras esta delicatesen de productos locales, llegan nuestras preguntas:

  • ¿Por qué a la hora de enajenar bienes públicos no ponderamos otros conceptos como el futuro uso del mismo y vincular su uso efectivo a un destino regenerador del barrio si es el caso?

  • Cuando decimos que queremos apostar por un modelo comercial diferente ¿a qué nos referimos? y ¿a qué estamos dispuestos a comprometernos?

  • ¿Por qué resulta ilusorio que este tipo de actividades de iniciativa privada en pro de lo comunitario se den en nuestro entorno? (habitualmente, o es público deficitario, o es privado homogeneizador).


Para degustar visualmente un poco más de este fantástico espacio y de los alimentos de producción local podéis pinchar aquí.

Con este último post de junio nos despedimos de Berlín y volveremos en septiembre con nuevas ideas europeas desde Amsterdam.

Así que Auf Wiedersehen Berlín, Opor onak igaro eta goede reis naar Amsterdam.

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