[Economía circular] 2: Cuestión de enfoque

Nos hemos propuesto reflexionar en voz alta sobre nuestras prácticas urbanísticas a la luz de los principios que fundamentan la Economía Circular. Empezamos





[caption id="attachment_3794" align="alignnone" width="700"] Rosa Parks seatedtoward the front of the bus, Montgomery, Alabama, 1956. (Photo by Underwood Archives/Getty Images)[/caption]

Coincidiendo con el aniversario del conocimiento que recoge la foto de Rosa Parks, Muñoz Molina dio una conferencia titulada Lectura y ciudadanía, de cuyo eco en la prensa destacamos:




Propuso un enfoque civil basado en el principio de “hacer cosas que sirvan para la vida de la gente”. “Esto no es una solución para los problemas abrumadores que hay, pero es una metodología”, explicó. Cree que cada uno debería preguntarse “¿qué es aquello que uno puede hacer, que sólo uno puede hacer y que está en el campo de lo que uno puede hacer?”.


... “Insisto, soy un poco pesado: hay que hacer cosas prácticas. Cosas que la gente vea que sirven. Como en la huelga de autobuses de Montgomery [activada por el episodio de Rosa Parks], en la que ni siquiera se pedía que los negros pudieran entrar por la misma puerta que los blancos. Pedían poder sentarse en los asientos que quedaban libres. Los cambios son graduales”.


Como ejemplo actual de cambio en base a acciones concretas puso a Medellín por haber apostado, entre otras cosas, por construir buenas bibliotecas en barrios marginados.



Hace unas semanas publicamos con subtítulos la conferencia impartida por William McDonough en el World Economic Forum celebrado en Tianjin en Septiembre de 2014. Son 21 minutos a uña de caballo que condensan las claves de la Economía Circular.


¿Cual es la idea clave? La respuesta a esta pregunta requiere un complemento, porque el ponente tendrá la suya y cada uno de nosotros que se haya parado a pensar habrá sacado la suya. El muñeco de Jesulín diría que “Esto es… como un toro”... Nosotros queremos poner el foco en aprovechar los vectores de la Economía Circular para mejorar la acción urbanística, desde el deseo de que nuestra acción urbanística sirva mejor a la comunidad y pensamos que la idea clave es la distinción entre el “Plan sobre el papel” y el “Plan de facto”.


Para abordar la cuestión os proponemos desactivar dos funciones de nuestro cerebro, al menos por unos momentos: la que se encarga de los juicios de intenciones y la responsable de la autocomplacencia. ¿Ya?


Empecemos con unos ejemplos:




  • El Plan del Gobierno de Rajoy de ayuda a los deudores hipotecarios (RDL 8/2011, por cierto, nunca olvidaremos la actuación compungida de la Vicepresidenta del Gobierno presentando las medidas): ¿No os parece que, de facto, era un plan de ayuda a los acreedores hipotecarios? Espera, habíamos quedado que desactivábamos los juicios de intenciones. ¿Ya?

  • El pasado 20D votamos y desmontamos el bipartidismo; sin embargo, ¿formaba parte de nuestro plan la posible ingobernabilidad y que subiera la prima de riesgo? Por cierto, ¿alguien ha calculado a cuánto salió la ronda el día 20D+1? ¿Y el 20D+2?

  • Cuando asesoramos sobre la instalación de ascensor en una Comunidad que prefiere gastar menos y poner ascensor con paradas en el rellano intermedio de la escalera y les animamos a ello a sabiendas de que tal solución es pan para hoy y hambre para mañana y que se menoscaba la calidad urbana del entorno, ¿Qué relación hay entre nuestro Plan sobre el papel y nuestro Plan de facto?

  • Cuando proyectamos un edificio y concentramos todas nuestras meninges en reducir costes de edificación y optimizar el ratio de superficie útil/construida ¿Cuál es nuestro Plan de facto?


En el minuto 14:40 del vídeo, comenta una experiencia que nos parece muy ilustrativa: la reforma de la planta River Rouge de Ford cerca de Detroit. Dice que la empresa aceptó su propuesta de cubierta verde para los pabellones. ¿Por qué el Consejo de Administración se decantaría por una propuesta más arriesgada y con más probabilidades de desviaciones del presupuesto? Porque el proyectista demostró que mejoraba el retorno de la inversión. ¿Por qué se pone en riesgo el encargo de un proyecto de 35.000.000 $? ¿Cuál sería el Plan de facto de un proyectista que se asegurara el encargo con una solución convencional? Respecto a este proyecto, este documental de Odisea Channel (6 minutos a partir de 30:20) muestra la visión de un directivo de la Ford.



Sobre esta cuestión, nos gusta mucho el video promocional de la agencia ambiental de California (2 minutos):



Volviendo sobre la cubierta vegetal de la planta de River Rouge. Si nos tuviéramos que enfrentar a este reto, seguro que intentaríamos acotar nuestras responsabilidades y ¿qué aspectos relevantes a medio y largo plazo no serían de nuestra responsabilidad como proyectistas?, ¿Deberíamos contemplar especificaciones más exigentes sobre el impacto a terceros o al medio que las reguladas en la legalidad vigente?, ¿Tendríamos alguna responsabilidad en esta materia?


Cuando hacemos planeamiento, hay aspectos de cuya relevancia somos conscientes, por ejemplo, no calificar suelo residencial innecesariamente. Si fuéramos los responsables de la actuación no calificaríamos suelo innecesario porque generará degradación en la ciudad existente y dispersará la ciudad encareciendo los costes de funcionamiento. Pero al no ser los responsables, sino unos simples contratados, ¿qué aspectos relevantes no son de nuestra responsabilidad?, ¿Incluso a sabiendas de que nuestro cliente tampoco los considera de su responsabilidad?, ¿Cuántos aspectos que sabemos que no son correctos los hacemos porque el código técnico lo permite, es decir, porque la responsabilidad es de otro? y ¿Por qué si intentáramos hacerlo como sabemos que está bien, acabaría haciendo otro el proyecto?


Incluso es posible que, a base de cargarnos de espíritu práctico y entrenamiento ni lleguemos a pensar si lo que hacemos esta bien o está mal.


bananas


¿En qué no pensamos cuando compramos las bananas de 0,99 traídas de Costa Rica en lugar de los plátanos de 1,95 de Canarias?


¿Y por qué nos quejamos después de que la fruta no sabe a nada? ¿Os habéis dado cuenta que las fresas o los albérchigos que se compran en cualquier mercado francés saben a fresa y a alberchigo?


¿Tendrán que ver unas cosas con otras?


La Economía Circular propone repensar el modo en que hacemos las cosas, centrándose en un diseño que evalúe todos los efectos de los procesos, tanto de lo que decidimos expresamente como de lo que no decidimos y de lo que decidimos no hacer, porque la suma de todas estas decisiones y no-decisiones, es nuestro plan de facto. La aplicación metodología a la acción urbanística puede contribuir a una mejora importante de la calidad de vida en nuestras ciudades. Os proponemos empezar ya a repensar como intervenimos en la ciudad, analizar cuales son nuestras intenciones de facto, a que objetivos reales responden nuestras acciones... sin esperar a que se modifique la Ley del Suelo incorporando los principios de la Economía Circular.


En la conferencia a que nos referíamos al principio, se dijo




Además del movimiento de derechos civiles de Estados Unidos, destacó la importancia del ecologismo y el feminismo para comprender que el compromiso concreto es clave: "No puedes ser ecologista si usas bolsas de plástico, y no puedes ser feminista si no respetas a las mujeres". Al contrario, sostuvo, "las grandes ideologías permiten hablar de una manera y vivir de otra".


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